Sep
30
2004
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En el que Ya estoy en Alemania, pekeño…

Y aquí estoy de nuevo en Alemania. Cuántos recuerdos me vienen a la cabeza, con solo pensar en sus bosques, sus casas, sus ciudades, sus alemanes… Y una mierda!! Su frío, sus costumbres, sus horas raras de hacer cosas normales… ¿Es que nadie conquistó finalmente a estos bárbaros? Me cago en diez… Lo único que se salva del dichoso viaje que me he pegado hoy ha sido el propio vuelo en sí. Avión de vuelo transatlántico, 2 filas de a 2 y una central de a 3, justo en la 1ª fila de la clase turista desde la cual puedo oler el café y comida de los de 1ª clase, y vislumbrar a lo lejos sus películas… Hasta tienen una luz direccionable en el asiento por si alguno de los mamones les diera por leer un libro… Aunque no me quejo de nada, ya que al estar el vuelo medio vacío, puedo ocupar el asiento de al lado del que me toca en realidad, poner mis trastos en el propio, e incluso estirar los pies hasta el pasillo de manera que toda azafata que pase tiene que agacharse y decirme con voz dulce y sensual: “¿Me permite caballero?”. Yo te permito lo que quieras, debería haberlas contestado una a una. Entre todas las que había allí seguro que alguna picaba. Pero bueno, bajando de las nubes ya empiezas a darte cuenta de que este país poco tiene que ver con el nuestro. Lo digo siempre que vengo, pero es que cada vez me sorprendo más de que esta gente no haya terminado de importar alguna buena costumbre de los países que tan alegremente invaden en verano. Lo que daría yo por encontrarme aquí la fiesta que montan cuando desembarcan en Mallorca… Mencionar por ejemplo el mismo aeropuerto. Salgo todo contento del tubo este molón que nos saca del avión y no doy ni 2 pasos sobre tierra firme cuando 2 caballeros de uniforme me piden que les muestre el pasaporte o documento de identidad. Echo mano de mi bolsillo izquierdo: nada. Paso el abrigo a la otra mano y busco en el lado derecho: tampoco me quiere. Paso entonces al bolsillo inferior derecho: agua también. Finalmente me acuerdo del bolsillo en el pecho y saco el DNI para préstarselo a uno de los 2 señores. Joder, en Barajas me facilitaron más las cosas y no me pidieron nada. Si estos con tal de sacar gente del país…

Luego viene el tema de la recogida de equipaje. En la mayoría de aeropuertos, sales del avión y ya en la sala siguiente puedes empezar a pegarte por tu maleta. Aquí no, es todo mucho más ordenado. No que no se peguen por el equipaje, sino que te dejan prepararte lo suficiente para ello. Primero te hacen andar un par de pasillos y bajar un piso, antes de tener que preguntar si es que eres muy tonto y no lo encuentras, o que te has separado del grupo de la visita guiada al aeropuerto. Manda huevos… Ahora ya sí toca pegarse. Primero por coger ese carrito que tienes tan cerca que alguien olvidó llevar con los demás, y que casualmente evitaría tener que ir al final de la galería a por otro. Luego por conseguir el sitio más cercano a la boca que escupe tus maletas al círculo ese de la muerte que no para de dar vueltas haya maletas o no. Y finalmente por tirar más fuerte de tu maleta que esa estúpida vieja, ya que la pobre tiende a confundir no sé cómo una maleta azul, chachi y molona como es la mía, con un jodido baúl cuadrado y pesado donde debe llevar al marido para pagar sólo la mitad. ¿Qué cómo sé que pesa tanto? Porque la muy … después de pedir perdón por la confusión me invita a hacer las paces bajando su mierda baúl de la cinta… Lo que hay que hacer para parecer europeo y desarrollado…

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Written by rito2k in: sinmas | 0 COMENTARIOS |

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