skorpio.es                                      ɱ

Y le escribo a un mundo mudo
que sobrescribe mis palabras con titulares
de gente que evoluciona sin parar
gente que no respeta mi ritmo lento
del subir y bajar de sensaciones.

Un tiempo que acelera cuando no vigilo
y que me cuesta frenar con las manos
por eso pruebo con el corazón
porque la cabeza ya la perdí en el intento.

Bon Jovi – Just older

De buena me he librado hoy… creí que cosas como ésta nunca me pasarían, pero hoy he visto que puede suceder.

Esta mañana por circunstancias de trabajo he tenido que ir a otra oficina (saludos a la gente de 4 caminos!) en vez de a la habitual en las Torres (sí, las que salen en la foto de fondo) y a la hora de comer ya de vuelta he debido dejarme el móvil en el asiento del taxi. Fatal, horror, miedo, imposible, oh my god…

Me he dado cuenta cuando ya estaba recogiendo para irme, y el no oirlo sonar cuando me he auto-llamado me ha puesto ya frenético perdido. Mi móvil!! Mi móvil!! Mi precioso móvil!! Ya lo daba todo por perdido, igual que las llamadas que me estaba dejando en mi teléfono que nadie cogía. Sin embargo, como Graham Bell dejó las instrucciones en su primer teléfono con los bocetos de la función de rellamada, mi insistencia obtuvo recompensa y después de mil llamadas en las que oía ruidos raros y voces de niños pequeños jugando, por fin un adulto se puso al aparato. O adulta en este caso.

La señora más amable del mundo que casi avergonzada me confesaba que sabía que era un teléfono, pero que no sabía cogerlo ni buscar en la agenda un número donde poder localizarme. Pobre. Entiendo que mi teléfono tiene su complejidad, pero nada echa atrás a una historia de amor entre un móvil y su dueño, y la señora y yo hemos podido quedar para entregármelo en mano. No ha querido aceptar nada por el favor y buenhacer, y yo me he vuelto a casa con una de las sonrisas más grandes de los últimos tiempos.

Hoy he recuperado mi móvil… y la fe en las buenas personas…

El Canto Del Loco – No voy a parar

Bueno, bueno… Vaya fin de semana que dejamos atrás, ¿no? Parece mentira que 2 días den para tanto, pero así es. Optimización de recursos: poco dinero y tiempo, pero excelentes resultados. Como ya se venía anunciando por Facebook, la TicoTico Party se celebró finalmente en Salamanca. De todos los participantes fallaron solo Pedro y Antonio, con los que ya ajustaremos cuentas por hacerse “po” y anular la reserva de habitación a la pobre señora de la Hostería, pero supongo que les dará más rabia haberse perdido la juerguecilla que nos montamos a 200 km. de la capital, jeje…

Todo comienza un viernes al mediodía donde a última hora nos vamos a comer los compañeros del trabajo a un sitio de raciones españolas, pero servidas con un toque brasileño (xDD). Luego a mitad de tarde un gran lamento por no poder dormir algo antes de meter cuatro cosas en una bolsa de deporte y que me recojan para salir. Entre unas cosas y otras, nos dan las 9 de la noche. Buena hora para salir rumbo a Salamanca, aprovechando las horas de sol…

A las 23h ya estamos apurando el bote de gomina y saliendo a cenar. Sí, no puedo hacer publi, pero fue ese garito al lado de la Plaza Mayor que tienes que bajar unas escaleras, jeje. Los demás cervezas, yo vino (qué remedio, no me gusta la cebada!) y todos bien de morcilla, costillas, calamares, migas y choricitos… ¡Ay mamá que rico! Con el estómago lleno ya se plantea la noche de otra manera, y no fue otra más que ir saltando de garito en garito, cambiando de ambientes, música y sabores.

Luego al final recuerdo un incidente con un tio que casi nos atropella con el coche de su madre (lo sabemos porque cuando le pilló la policía no sabía ni donde estaban los papeles), un antro que abría de madrugada donde la luz brillaba por su ausencia (pfff…) y el tema de unos vaqueros rotos y empapados por la lluvia de las calles salmantinas. Ah, y una fiesta de la espuma en una habitación donde Jean Paul se lamentaba de una chica india en plan “Contigo no, bicho“…

Brunch de sandwich de 3 pisos a las 12, y rumbo a Madrid. ¿Qué, que el señorito Iván tiene sueño? Bueno, pues ya cojo yo tu coche, no pasa nada… Total, para que Al y yo lo probemos da igual que estés dormido o no, 😛

Llegada a Madrid con el tiempo justo para otra ducha más e ir a casa del otro Al a disfrutar un año más de ganar al pobre Atlético en su estadio. Tenéis razón rojiblancos, el árbitro siempre la lía. Si no llega a ser por él a lo mejor hubieran subido otros 2 goles al marcador y no habría tanta expulsión injusta…

Y copiando del FB para cerrar:

Dani: te tomo la palabra, el próximo finde quedamos y nos ponemos al día
Rebeca: en algunos bares me preguntaron por ti, la morriña debe ser recíproca
Silvia: Ya te indicaré las X sobre el mapa para que conozcas los tesoros de Salamanca
Adrián: Niño, sí, píllate el Serie1 y te digo como NO debes conducirlo. Sorry por lo del fútbol y tal…

Briatore: “Bravo, bravo, bravíssimo…”
Me: “To all the team: great job, fantastic race, perfect weekend. Thank you!”

David Bisbal – The sun ain’t gonna shine anymore

Pretendía cerrar el día de hoy hablando del partido de fútbol que nuestra selección española (o europea, según se mire) ha ganado contra la de Bélgica. Solo suelo hablar de deportes en el blog cuando ha ocurrido algo que me ha sacado de mis casillas (se fastidió la imbatibilidad, cachis) o por el contrario me ha hecho disfrutar sobremanera. En este caso ha sido lo segundo, y es que a pesar de la climatología y el pésimo estado del césped, hemos podido ver un buen partido entre selecciones fuera de año de campeonato, y eso últimamente escasea. Me empieza a gustar mucho lo “sobones” que se vuelven los jugadores con la pelota, el toque contínuo, los pases interminables y los premios finales en forma de goles que nos conceden los jóvenes jugadores que partido a partido empiezan a arrebatar récords a grandes personajes de nuestro fútbol.

Sin embargo, como decía al principio, hablar de fútbol era mi intención original, que no la final. Hoy quiero tratar el tema de lo que el fútbol representa para muchos en general, y para mí en particular. La semana pasada no ha sido una buena semana para mí, y es que en el paquete de 7 días que forma la unidad del calendario juliano ha dado tiempo a que mi hermano pasara por el hospital por una gastroenteritis, a que yo haya pasado por el quirófano para una pequeña intervención y a que mi abuelo paterno haya fallecido sin hacer demasiado ruido. Aprovecho para agradecer el apoyo de todos los que han sabido de estas cosas y me han mostrado su cercanía, cada uno a su manera.

Y entonces, cuando ya uno se recupera de estos sustos y empieza a retomar la normalidad y la rutina, se ve disfrutando de un partido de balompié y sonríe. Qué triste, dirán algunos. Cómo puede emocionarse alguien tanto con el fútbol… Pero yo intento convencer con el mismo argumento al revés. Qué bonito que alguien se emocione y alegre con algo tan simple como el fútbol. Que pueda dejar a un lado problemas y tristezas para gritar, saltar y reir con un juego, que además puede compartir con un montón de gente. ¿Acaso no es este uno de los mayores logros del ser humano, el poder y saber compartir algo que te llena con cuantas más personas mejor? Ya sé que a no todo el mundo le gusta el fútbol, ya sé que muchos lo tachan de absurdo y tonto, pero entonces me acuerdo también de la satisfacción que algunos dicen les produce el tabaco, u otras cosas peores. Sin comentarios.

Desde la entrada de hoy pretendo convencer a la gente para que encuentre cualquier cosa que le haga emocionarse, alegrarse, saltar, reir, olvidarse de las cosas malas y que las comparta con más gente. Que encuentren su fútbol. Yo tengo el mío, y no siendo lo único, sé que muchas veces funciona. Pasión de multitudes, dicen. Pero también está la música, el buen cine, etc…

¿Y porqué todo esto de repente? Pues porque yo he tenido una mala semana hace poco, pero también sé que hay otros que necesitan apoyo. Anita, no me has podido explicar qué te pasa, pero ánimo. Kathrin, recupera la alegría que tenías en Alemania y aguanta este bache de falta de ritmo. Rosa, que lo de las dichosas piedras pase cuanto antes, que sé lo que es eso. María, que ya sé que en Dublín están las cosas difíciles, pero siempre consigues lo que quieres y el primer paso ha venido en forma de piso, sigue perseverando. Marta, que no estés triste porque así no me gustas nada y te necesito happy a mi lado. Entiendo lo que sientes con la peque pero no tienes más que ayudarte del que tienes más cerca, que te quiere un montón y se desvive por vosotras 2. Y aunque sólo menciono chicas y pueda parecer que los chicos que me rodean no les pasa nada, como soy uno de ellos y sé que a veces preferimos no decir nada, que sepáis que aquí estoy para escuchar.

Unos leen, otros escuchamos…

Robyn With Kleerup – With Every Hearbeat