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El otro día tuve una conversación curiosa mientras comíamos algunos compañeros de oficina. El número de lonchas de jamón o queso que le ponemos a los sandwiches. Tengo un amigo que tiene una manía. Cuando le apetece hacerse un sandwich, le pone exactamente 4 rebanadas de jamón y 2 de queso. ¿Porqué 4 de jamón? Porque sino le sabe demasiado a pan… y digo yo, entonces no te hagas un sandwich. Otro compañero fue más atrevido, y le propuso ponerle solo una rebanada de pan. Pero mi amigo nos descubrió entonces su gran preocupación: poner solo un sandwich en una sandwichera para 2 es muy triste. Quedo pues descartada la siguiente posibilidad de hacerse un sandwich y partirlo a la mitad, pues la soledad de la sandwichera seguiría ahí.

Está claro que cuando las cosas tienen un propósito, hay que mantenerlo… y es que mi amigo es muy sabio, y no siempre sabemos entenderle.

Klee – Zwei Herzen