Jul
18
2004

El de Hemos perdido un autobús, un taxi, la decencia…

Se suponía que iba a ser un día tranquilo: tarde de estudio (tenemos examen el lunes, ya que el viernes decidimos no hacerlo), cena tranquila y con tiempo para degustarla, y una noche donde si bien seguramente saldríamos, sería a un sitio tranquilito para poder recuperarnos de la noche anterior. Nada más lejos de la realidad… Lo unico que se cumplió fue la tarde de estudio, cuando el agobio de no haber hecho gran cosa me empujó a hacer una visita a mis amigas francesas y llorarles y prometerles el oro y el moro para que me dejasen un portátil con el que poder acceder a la documentación y estudiar algo decente. Siendo sábado, la “library” cerraba pronto y para no variar llegamos cuando la gente ya salía de allí. Así que me encerré toda la tarde en una habitación ajena y me chupé 3 horitas de tests, examenes y teoría. Curioso lo que se llega a aprovechar el tiempo cuando nadie te incita a comer, beber, salir, escuchar música, ir al gimnasio, echar un partido de fútbol… Vamos que se puede decir que aprovechamos bien la tarde.

La hora de la cena ya dejó entrever un poco lo que nos deparaba la noche. Acabar de cenar casi a las 23 y teniendo que estar en la Liquid a las 22, pues no decía mucho a nuestro favor la verdad. Lo intentamos eso sí, pero lo cierto es que una noche más, como decía la J-Lo, terminamos por animarnos en nuestra cocina. De ahí a lo que pasó durante la noche y su madrugada no me acuerdo bien. Sé que me quedé en casa porque mi plan para esa noche se había desvanecido unas horas antes por teléfono, y tb recuerdo la coca cola y los caramelos de cafeína para intentar ver la película que me descargué hasta el final. Por cierto, mi pésame a los que pagásteis por ir al cine a ver School of Rock. Hacía tiempo que no veía una película tan previsible…

El tema fue ver como el reloj marcaba cerca de las 3 am cuando las voces, los gritos, los golpes y la euforia golpeaba con violencia las cercanías de mis aposentos…

Dios mío, era el principio de otra muestra de locura juvenil sin precedentes. Si bien la noche anterior el espectáculo acabó con las paredes llenas de Ketchup, 1 extintor vacío por completo, coca cola por el suelo de la cocina y trozos de comida esparcida aleatoriamente, este último concierto se clausuró a las 9 am. Esa era la hora en que salía nuestro autobús para Manchester, que por supuesto vimos partir con 8 plazas vacías. Ahora la descripción de la movida, totalmente verídica y cierta, pues acabo de vivirla escasos 20 minutos ago:

Me levanto con dolor de estómago, no sé si de gases o por la dieta tan equilibrada que llevamos aquí, y decido abrir la puerta para comprobar si lo acontecido fue un sueño o una pesadilla. Los trozos de cristal roto de lo que fue un botellín de cerveza (gracias Sainsburys por las 3 cajas de birra gratis) me indican que efectivamente todo había pasado. Avanzo por el pasillo sorteando un cepillo de barrer (no se cómo se usa eso en una moqueta) y varios trozos de vidrio y llego a la cocina, donde el cristal de la puerta presenta otra tarjeta de visita del Peyman. Abrir la puerta y dar un suspiro es todo uno. Un suelo de cerveza, sillas cojas y mancas, botellas jugando al Twister por el suelo y unos condones colgados del techo me ayudan a tomar la decisión de si desayunar o no. Giro 180 grados y lo que hace 10 horas era la habitación de mi compañero Dani se convierte en centro de tratamiento postresaca. Se abre la puerta y me saluda una chica morena de ojos grandes y detrás de ella mirándome fijamente una rubia: – Tú eres nuevo no? – Mi careto dijo sí por sí solo y me invitaron a entrar, donde al fondo (es decir 1 metro más allá) descubro a Luis y Dani sujetándose la cabeza y bostezando.

Me armo de valor y decido preguntar, donde leyendo entrelíneas descubro que 4 chicas han pasado la noche entre nosotros, porque habían perdido un taxi y en vez de pillar otro se vinieron con mis compañeros de piso. Cuando más o menos encajo esa historia, cuento un total de 2 mujeres en la habitación. Una se fue a mitad de noche con otro pavo que había por ahí suelto, pero me seguía faltando una. La encuentro en la habitación contigua a la mía, en la cama de Marcos, donde por supuesto tb se encontraba Marcos. Ahí ya comprendí todo. El círculo que formaba el apocalipsis de prostitución que se respira en nuestro piso se había completado de nuevo.

Ahora la mitad de la peña está sobando, mientras la otra sigue adivinando qué paso anoche. Finalmente quedo yo, que aprovechando que hoy viene Javi y tendré que devolverle el portátil, me he puesto a “pedir prestados” exámenes de ordenadores que siguen conectados a la red interna del Campus, y de paso contaros otro capítulo más de esta serie de ciencia-ficción que resulta ser nuestro mes en Gales.

P.D: Y mañana examen de Cisco… jurjurjur…

Frankee – Furb

Written by rito2k in: sinmas |

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